Comunicación inclusiva y cómo aplicarla en tu empresa
En los últimos años, el uso del lenguaje inclusivo ha cobrado fuerza en la conversación pública, pues muchos sectores de la sociedad han impulsado su uso como un reconocimiento a la diversidad que existe en ella. En este blog te explicamos la importancia de utilizarlo de forma adecuada dentro de las empresas y consejos para aplicarlo.
Primero hay que definir, ¿qué es el lenguaje inclusivo? De acuerdo con César Grijalva, capacitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California (CEDHBC), es una herramienta que reconoce la igualdad y la no discriminación tanto en lo hablado como en lo escrito y que contribuye a forjar una sociedad que reconozca e integre la diversidad.
El lenguaje inclusivo y no sexista se refiere a toda expresión verbal o escrita que utiliza preferiblemente vocabulario neutro, o que hace explícito el femenino y el masculino. Además, evita generalizaciones del masculino (masculino genérico) para situaciones o actividades donde aparecen mujeres o personas no binarias, entre otros ejemplos.
Con este lenguaje se busca eliminar todo tipo de expresiones y palabras que denigran o discriminan a las personas, que reproducen estereotipos de género y minimizan la violencia.
También es importante tener presente el lenguaje de accesibilidad, conocido además como accesibilidad de comunicación, que se refiere a las denominaciones, recursos y sistemas lingüísticos para promover la participación de las personas con discapacidad en la dinámica social.
El lenguaje de accesibilidad engloba diferentes temas: cómo referirnos a las personas con alguna discapacidad con corrección y humanidad, métodos de comunicación específicos como la lengua de señas o el braille, el lenguaje de signos táctiles, el código morse, entre otros.
Grijalva comentó que el lenguaje no es algo que permanezca inerte, sino que se encuentra en constante evolución para responder a las necesidades de la sociedad que lo utiliza.
Inclusión en las empresas
El integrante de la CEDHBC resaltó la importancia de que la comunicación de las empresas, tanto interna como la que se implementa hacia la sociedad, no estereotipe ni violente a ninguna persona.
Existen diferentes marcos legales, nacionales e internacionales, que buscan establecer la inclusión de las personas en la vida pública. Aunque no establecen reglas o formas específicas de comunicación, sí sustentan la protección de derechos humanos de las personas.
Algunos de estos son el acuerdo del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), firmado por la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres y, de manera local: la Ley para la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres del estado de Baja California.
El especialista en materia de derechos humanos indicó que es importante que las compañías tengan ubicadas estas bases para que al momento de vender u ofrecer un producto o servicio, no atenten contra la dignidad humana de algún grupo de la sociedad.
Existen casos en los que las empresas han tenido que retirar campañas publicitarias pues los mensajes atentaban contra grupos por reforzar estereotipos o ideas discriminatorias. Esto afectó la imagen de las organizaciones y sus relaciones comerciales por las reacciones surgidas en la opinión pública.
Grijalva comentó que la sociedad cada vez está más informada y exige el respeto a la dignidad humana en los mensajes masivos.
¿Cómo aplicar la inclusión?
En general, cuando hablamos de personas y grupos que han sufrido discriminación históricamente, hay algunas pautas que podemos seguir para nombrarles correctamente. Estas se basan en los derechos humanos internacionales y en los consensos de las propias personas de cada grupo sobre cómo les gustaría ser llamadas.
A continuación, te compartimos algunos ejemplos para integrar la comunicación inclusiva en tus diálogos.
1. Visibilizar a las mujeres utilizando el género femenino en las palabras. Por ejemplo: presidenta, directora, médica, proveedora, jueza.
2. No utilizar a las mujeres como pertenencia del hombre.
No incluyente: La señora de Pérez / Sr. Pérez y esposa / Los directores asistirán con su mujer.
Incluyente: Señora Gómez / Patricia Gómez / Sr. Pérez y Sra. Gómez / Las personas de nivel directivo asistirán a la cena acompañadas.
3. Evitar el salto semántico.
No incluyente: Los vales se entregarán a todos los trabajadores y a las trabajadoras también.
Incluyente: Los vales se entregarán a todo el personal.
4. Evitar el uso del masculino genérico.
No incluyente: Los jefes del departamento tienen que elaborar el reporte / Todos están invitados a la fiesta.
Incluyente: Las jefas y jefes tienen que elaborar el reporte / Todas y todos están invitados a la fiesta.
5. Utilizar el desdoblamiento del lenguaje. Útil cuando no queda suficientemente claro que el masculino plural comprende a individuos de ambos sexos.
No incluyente: El Día del Niño habrá una fiesta / Los funcionarios no deben discriminar / El hombre es un ser maravilloso.
Incluyente: El Día de la Niña y el Niño habrá una fiesta / Los funcionarios y funcionarias no deben discriminar / El hombre y la mujer son seres maravillosos.
6. Cuando se utilice el desdoblamiento de lenguaje, alternar entre el género que se use primero, es decir, en ocasiones usar primero el femenino y luego el masculino, y en otras ocasiones, viceversa.
7. Utilizar artículo diferenciador cuando el sustantivo solamente tenga una forma para distinguir entre femenino y masculino. Ejemplos: El estudiante / La estudiante – El ciclista / La ciclista.
8. Usar sustantivos colectivos que generalmente resultan neutros y permiten incluir a ambos sexos. Ejemplos:
No incluyente: El hombre / Los trabajadores / Los pobladores.
Incluyente: La humanidad / El personal / La comunidad.
9. Utilizar nombres abstractos cuando no se menciona a la persona que en el momento concreto ocupa un cargo, profesión o título.
No incluyente: Los jefes / Los gerentes / El presidente / Los coordinadores.
Incluyente: Las jefaturas / La gerencia / Presidencia / La coordinación.
10. El @ no es un signo lingüístico, no puede pronunciarse y su uso debe restringirse a comunicaciones informales o de manera excepcional para publicidad visual. Las diagonales “/” y los paréntesis “()” se deben utilizar solo en formularios, solicitudes o documentos con espacio muy restringido.
11. Uso de la “E”. Se recomienda utilizarla cuando no se conoce la identidad de género de la persona sobre la que se está hablando o que se identifica como no binaria. También, cuando se trata de un grupo diverso y no se sabe la identidad de género autopercibida de cada persona.
Todas, Todos, Todes.
12. Hay muchos casos en los que anteponer la palabra “Persona/s” facilita el uso del lenguaje incluyente y evita caer en discriminación.
Ejemplos de uso específicos:
Ahora que conoces varias formas de ejercer la inclusión en la comunicación de tu empresa, es importante que la implementes para visibilizar a todos los grupos y no atentar contra la dignidad de las personas. Puede que en un principio sea raro o cometas errores, pero es importante dar el paso para juntos construir una mejor sociedad.
Fuente: Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California (CEDHBC)